«MIL OPORTUNIDADES PERDIDAS», artículo del periodista David Baños en «IDEAL»

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Recreación de Juan José Tonda

El ‘Milenio de Almería’ tiene una extensa agenda de actividades y lleva meses ocupando páginas y más páginas en los medios de comunicación locales

«Hace ahora mil años, un esclavo eslavo que consiguió ganar su libertad regresó a la Alcazaba de al-Mariyya para proclamarse rey de la Taifa de Almería. Era el mismo que hoy en día todavía da nombre a los antiguos aljibes de la ciudad, a la muralla de la que casi nada se conserva y hasta a un club de natación con sede en Costacabana. Jairán, siempre leal a su amo Almanzor, fue conocido por su intensa capacidad militar, pero también por sus esfuerzos para desarrollar, consolidar y extender su reino. Bajo sus órdenes, aquella Almería contó con uno de los principales puertos del Mediterráneo y una fortaleza casi inexpugnable. Fue un periodo de prosperidad económica y militar que permitió desarrollar una sociedad con un elevado nivel cultural. Él es en gran medida el responsable y el protagonista de un singular e histórico aniversario que, visto lo visto, pasará con más pena que gloria por delante de nuestras narices.

El ‘Milenio de Almería’ tiene una extensa agenda de actividades y lleva meses ocupando páginas y más páginas en los medios de comunicación locales. ¡Si hasta tiene un logotipo propio!

Desgraciadamente no supondrá un revulsivo que ayude a dar impulso a una tierra siempre necesitada de excusas para que se atiendan sus necesidades de futuro. Ni siquiera los Juegos del Mediterráneo fueron capaces de tirar hacia adelante de proyectos que se han anquilosado en los cajones de las administraciones. En cambio, sirvieron para traer aire fresco, cierto lavado de cara, instalaciones deportivas de primer orden y para promocionar la ciudad fuera de nuestras fronteras.

Tras el paso de los JJ MM, se llegaron a plantear nuevos retos, pero estos nunca se concretaron. Entonces, a nadie se le ocurrió que teníamos una década por delante para utilizar la efeméride del milenario de Almería como nuevo motor de impulso y de ilusión para toda la ciudad y, de paso, para la provincia entera.

Mil años no se alcanzan todos los días, de hecho, ni usted ni yo los llegaremos a cumplir nunca. Es más, tampoco volveremos a ver cómo nuestra ciudad llega al segundo millar. No sé qué les parecerá a ustedes pero yo tengo la impresión de que esto del Milenio es un engorro para nuestros políticos, aunque últimamente le han ido cogiendo el ‘gustillo’, a medida que comprueban que sirve para salir en un buen puñado de fotos.

La prueba está en que ni un solo representante y ni una sola Administración habían caído en la cuenta de lo importante que podía ser 2014 para nuestra historia. Tuvo que ser la sociedad civil quien a última hora llamara la atención de la res pública. Entonces, con más prisa que otra cosa y por aquello de salir del paso, se empezaron a preparar las agendas y las actividades, de modo que en el futuro nadie pueda echarles la culpa de que no hicieron nada.

El nivel de compromiso de las instituciones ha sido tal, que ni siquiera fueron capaces de ponerse de acuerdo para presentar conjuntamente sus propuestas. Tampoco debe sorprendernos, ya se sabe que aquí cada uno rema en la dirección que le viene en gana.

Tampoco conviene dejar todo el peso de la responsabilidad sobre las espaldas de nuestros representantes públicos, el resto de la sociedad, todos y cada uno de nosotros, con nuestra apatía ‘congénita’, tampoco hemos sido capaces de reivindicar esta fecha como algo importante. Hay colectivos, asociaciones y hasta una plataforma que se han implicado desde el primer momento, pero a la vista está que su entrega y esfuerzo no es suficiente.

Es cierto, las dificultades económicas de los últimos tiempos han provocado que nuestras necesidades más urgentes, las suyas y las mías, sean otras, pero todo esto nos podría haber servido de pretexto para sumar, para crecer como ciudad y como sociedad.

Un trampolín contra la crisis

¿Por qué nunca vimos el Milenio como un trampolín contra la crisis? Pudo ser la coartada perfecta para que nuestros políticos reivindicaran las infraestructuras que tanta falta nos hacen en Madrid, en Sevilla o en Bruselas.

Es posible que tardemos en encontrar una excusa mejor para haber proyectado nuestra tierra más allá de Adra, Pulpí, Fiñana o María. Qué bonito habría sido materializar ese ‘abandonado’ proyecto ‘Puerto-Ciudad’ -el puerto jugó un papel fundamental en la fundación de la ciudad- coincidiendo con este momento.

Se nos está yendo el que pudo haber sido el ‘Verano del Milenio’ y ahora acaba de comenzar la que no será la ‘Feria del Milenio’. Ya sé que las comparaciones son odiosas, pero sirven para aprender de lo que está mal y lo que está bien. Nuestra vecina Granada supo sacar mucha más rentabilidad a sus mil años que nosotros.

He dejado el capítulo dedicado a nuestro patrimonio para el final. Aquí que siempre hemos confundido lo antiguo con lo viejo, para acabar tirándolo y reemplazándolo por algo nuevo a estrenar, nuestro patrimonio se mantiene en pie gracias a quienes lo proyectaron y lo construyeron, porque a nosotros lo de conservar se nos da regular.

Ejemplos los hay como para empezar y no terminar nunca. ¿Cuántas iniciativas se han puesto en marcha para recuperar o mejorar nuestro legado histórico a cuenta del ‘Milenio de Almería’? Creo que este periódico, IDEAL, ha hecho más que todas las instituciones juntas, denunciando el estercolero en que se había convertido el entorno de las murallas de la Alcazaba (después la zona fue adecentada) y que una torre del siglo XI esté siendo utilizada como poste para el cableado eléctrico (también hay compromiso para subsanarlo).

Y es que las siempre simpáticas páginas completas de fotos -esas en las que alcaldes, concejales, diputados o senadores, de unos y de otros colores políticos, rivalizan entre sí luciendo sus mejores galas y sonrisas- están bien, pero además es necesario mostrar nuestras ‘vergüenzas’ para que alguien se sonroje y se ponga a trabajar.

Algo está fallando. Últimamente solo se oye hablar de críticas y desaires sobre el Milenio. No sé si Jairán y sus coetáneos tendrán algo que ver o no, pero aquí nunca hemos dejado pasar una ‘buena’ oportunidad para generar una ‘estupenda’ polémica.

No lo hagamos por la historia y nuestro pasado, hagámoslo por nosotros mismos y por nuestro futuro, por los mil años que quedan por venir, … no dejemos pasar más oportunidades»

David Baños

One comment

  • Érase una ciudad de provincias y una provincia con el lastre de la enfermedad del sueño y dormida por el peso de los siglos, donde sus habitantes, acostumbrados al olvido y al sol abrasador se autocomplacían, casi con masoquismo, de su mala suerte. Tierra esquilmada en el pasado, había visto partir desde el desgarro a sus brazos más fuertes, a sus mentes mejores hacia otras tierras donde la oportunidad fuera ventajosa y, huyendo de la miseria, hallaron en el vergel del desierto, el sol y el mar puntales donde cimentar el futuro. «Oh, Dios, que buen vasallo si tuviese buen señor». Dejemos de lamentarnos de lo que pudimos ser y no fuimos: es hora ya de sacudirnos ese lastre y de culpar a los demás de nuestra falta de perspectivas y de ambiciones. Con el potencial cultural y económico que tenemos, si supiéramos administrarlo, poco o nada nos faltaría para hacer de ésta una tierra próspera y con futuro para las nuevas generaciones. La fuerza para liderar ese cambio debe salir de los colectivos sociales y culturales, de los empresarios, de la Universidad, de la defensa de lo que tenemos y es nuestro. De nuestro patrimonio. Queremos una tierra próspera y culta, no una tierra subvencionada. Almería será siempre lo que todos y cada uno de los almerienses queramos que sea.

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