El fin de la gratuidad de los museos y monumentos
“EL FIN DE LA GRATUIDAD NO TIENE EN CUENTA LA REALIDAD DE LOS MUSEOS Y MONUMENTOS ANDALUCES” (Amigos de la Alcazaba)
Con motivo de la medida anunciada por la Junta de Andalucía, la asociación Amigos de la Alcazaba emite el siguiente comunicado:
La Junta de Andalucía ha anunciado la eliminación de la gratuidad para las entradas a museos, monumentos y enclaves arqueológicos andaluces. Este es el segundo anuncio en cuatro años, pues ya en 2020 lo hizo la entonces consejera de Cultura, Patricia del Pozo, aunque la medida quedó suspendida y sin efecto.
Nuevamente anuncia la Junta la supresión de esta gratuidad general de nuestros espacios culturales, anunciando para ellos tres diferentes categorías de precios que van de los 3 a los 8 euros. A continuación, se indica que estos precios no están cerrados y que dependen del informe de la Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeos. Tampoco se sabe con exactitud en qué fecha se pondrá en práctica la medida, cuya finalidad exacta tampoco se aclara.
Amigos de la Alcazaba manifestó en 2016 su opinión de establecer un precio de entrada a nuestro patrimonio, compaginando el derecho a la gratuidad total de amplios colectivos (menores, mayores, desempleados, personas con discapacidad, jubilados y pensionistas, profesionales del sector, colectivos culturales y educativos…), y del conjunto de la ciudadanía en determinados días y horarios con la conveniencia de que los visitantes también contribuyamos al mantenimiento de los espacios culturales como ocurre en casi todos los lugares dentro y fuera de España. “Nos atrevimos” a decirlo con un gobierno socialista y lo repetimos ahora con un gobierno popular.
Sin embargo, opinamos que el actual anuncio de eliminación de la gratuidad total de los espacios culturales es simplemente una medida recaudatoria, ambigua, poco reflexionada, peor explicada y difícil de llevar a cabo, al no considerar las distintas realidades de nuestro patrimonio, las imprescindibles mejoras de los servicios que deben ofrecerse a los visitantes y sin tener en cuenta las plantillas de trabajadores, que en la mayor parte de los casos son muy deficitarias
¿Cuánto cuesta lo que no se paga?
Actualmente estos espacios para los que se anuncian la gratuidad nos costaron el pasado año más de 40 millones de euros de funcionamiento, y, aunque alguna exministra llegó a declarar hace 20 años que “el dinero público no es de nadie”, resulta que sí que lo es, que son los ciudadanos los que pagan con sus impuestos el mantenimiento de sus espacios culturales. Quien no paga el uso y disfrute de nuestro patrimonio son los visitantes de fuera de Andalucía, unos por ser de la Unión Europea y otros, los extracomunitarios, por entrar en la “barra libre”, ante su propia extrañeza. Esto hay que valorarlo en estos tiempos de turismo masivo, en los que por ejemplo la mitad de los visitantes de nuestra Alcazaba no son almerienses.
¿Pagar por qué servicios?
La actual gratuidad contribuye a que se ponga menos en evidencia la escasez o ausencia de servicios ofrecidos al visitante en la mayor parte de los espacios culturales almerienses: audioguías, visitas guiadas, planos, folletos, accesibilidad (no sólo física, sino también sensorial y cognitiva), correcta señalización e iluminación (los problemas de iluminación en la Alcazaba merecerían un capítulo aparte)…
Por otro lado, es imprescindible un aumento de las plantillas de trabajadores, pues en muchos de los museos y monumentos que se incorporarán a este sistema de pagos, el déficit de personal se arrastra desde hace 30 años, alcanzando a veces a la dirección en los espacios que la poseen. En la Alcazaba de Almería, según el sindicato USTEA, el déficit de personal llega al 40% de la plantilla. No cuenta con ordenanzas, auxiliares de instituciones, restaurador, jardinería, entre otros, y tiene sólo dos vigilantes por turno para todo el recinto. En otros monumentos como Los Millares, el déficit laboral llega hasta el 75 por ciento.
Además, para poner en marcha el sistema de cobros se requieren trabajadores cualificados, requeridos por ley para este fin, trabajadores que no existen actualmente en las plantillas. El sindicato USTEA señala que desde hace 24 años no se cobra entrada a los extranjeros comunitarios (pese a que está legalmente establecido) porque no hay expendedores autorizados, y “sin ellos no se pueden cobrar las entradas”. Las responsabilidades de manejar dinero público quedaron de manifiesto con el “caso Alhambra”, que acabó con escándalo y con su directora. Estos expendedores autorizados servirían también para acabar con la cuantificación de visitantes “a ojo”, al no existir justificante de entrada, que da lugar a que algún político ceda a la tentación de hinchar las cifras a su conveniencia.
Tampoco se ha clarificado a qué fines se destinará lo recaudado. ¿A mejorar los servicios y la preservación y promoción de los fondos patrimoniales o simplemente a recortar la financiación pública? ¿Acabará el dinero en una caja única o revertirá en los propios espacios? Tengamos en cuenta que para la Alcazaba se prevé un millón de euros anuales de ingresos en concepto de entradas.
La Junta debería por tanto dar muchas explicaciones antes de anunciar el fin de la era de la gratuidad total, cuya finalidad no puede ser meramente recaudatoria, recaudación que además alcanzaría solamente al 20% del gasto.
En definitiva, opinamos que este segundo intento de la Junta de Andalucía debe también paralizarse hasta despejar todas las incógnitas existentes, de manera que la finalización de la gratuidad en museos y monumentos esté realmente justificada y pueda ser correctamente explicada a la ciudadanía y comprendida por ella.
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Nota a la foto de entrada: Entrar a la Alcazaba de Almería no siempre fue gratis. A partir del 1 de enero de 1953 se comenzó a pagar 1 peseta. Durante 45 años, hasta 1996, primero con el Patronato y luego con la declaración de Conjunto Monumental había que pasar por taquilla. Parece que pronto volveremos a ver esta estampa, aunque quizás con el nuevo precio de 5 euros en lugar de 5 pesetas.