EL VALOR DEL MESTIZAJE. Por Juan José Ceba

Sólo desde el respeto y la avidez, las ganas inmensas de escuchar y conocer a las otras personas, con su herencia de tradiciones, culturas ancestrales y obras recién creadas, puede entenderse el inmenso valor que aportan, entre nosotros, los inmigrantes; y el encuentro y diálogo con otras fuerzas de la naturaleza creativa de centenares de países, incluido el nuestro, lugar que adquiere su poderosa singularidad y belleza emocional –sobre todo- por las mezclas de pueblos, que configuraron (y siguen vigorizando) la pujanza de su espíritu artístico.

 Es el legado fascinante del mestizaje cultural, mezcla, aporte, trasvase, obsequio y don de lo diverso, en un espacio donde el encuentro es fecundación y riqueza de frutos nuevos. Tal dinamismo, tal sucesión de abrazos, se vienen sucediendo en este país mediterráneo, como en otras épocas de su largo esplendor, desvelando un mañana que, ya se adivina apasionante, por su encendida y sentida gracia creativa, y ha de aportar –sin duda alguna- señas de hondísimas raíces a la cultura de esta tierra.

 Algo de agotamiento, de sequedad y languidez, venía sufriendo la envejecida Europa, en lo social y, en su avanzada artística –la copia, la repetición, la banalidad, el vacío y hasta la estupidez- dieron con un juego de frivolidades, de gesto falso y de fragilidad. Fue acrecentada la impostura de los dioses. La arribada migratoria es fecundante –en todos los sentidos. La Cultura empieza a absorber y a producir obras de una autenticidad, originalidad y chispa de genialidad inesperadas, ese sismo potente del encuentro y entrega sin reservas, como acto de amor y de coyunda. Si este siglo, apenas iniciado, tiene dentro de sí un mañana que se aguarda revelador y deslumbrante, se debe a este río de aportes, que ha fertilizado la cultura de este inmenso campo de cultivo –que es el país que acoge.

La migración no viene sólo a sostener la economía –por más que, a veces, la explotación, el hacinamiento y el trato inhumano, descubran desprecios residuales-; llegan a acrecentar la población, a dar vida y llenar  los lugares vacíos; a prodigar el libre y natural encuentro de parejas de orígenes diversos, a ser manantial de las mezclas humanas y del mestizaje asombroso de culturas.

Para el escritor venezolano Uslar Pietri “La ley suprema del progreso cultural de la humanidad residiría en la apertura de las culturas al mestizaje con otras”. Y Juan Goytisolo ha atesorado artículos claves sobre el sentido de las mezclas culturales: “los países mestizos tienen ventajas sobre los más homogéneos porque es la diversidad lo que nos enriquece”.

Juan José Ceba,  maestro y poeta

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