COMUNICADO DE LA COORDINADORA DE LA RED PROVINCIAL PARA LA DEFENSA DEL PATRIMONIO

 Ante la restauración efectuada por la administración competente en la muralla de Jayrán del entorno de la Alcazaba almeriense, y tras la fuerte controversia generada por la misma, la Coordinadora de la Red Provincial para la defensa del Patrimonio quiere expresar su adhesión a la postura manifestada por la Asociación de Amigos de la Alcazaba y otros colectivos que han denunciado lo improcedente y desafortunado de la actuación. Comunica, así mismo, su intención de asistir al acto de manifestación convocado para mañana, sábado 29 de enero de 2011, a las 12 h, e invita a todos los ciudadanos de la capital almeriense y la provincia a sumarse a la reivindicación.

 La intervención realizada vulnera la legislación vigente en nuestra comunidad autónoma y contraviene la ética internacional para la restauración de monumentos en varios aspectos, tanto estéticos como técnicos.

 En concreto, incumple la ley de Patrimonio Histórico de Andalucía de 2007, pues usa métodos constructivos y materiales incompatibles con la tradición constructiva del bien. No respeta, además, los criterios de reversibilidad exigidos por la misma ley, dado que las estructuras de hormigón y metálicas del interior de las torres dañan el tapial original. Igualmente sucede con las manchas de óxido sobre la muralla original como consecuencia del arrastre por la lluvia de la pátina superficial del acero corten.

 Incumple también el Pliego de Condiciones para la Restauración de Monumentos de la propia Consejería de Cultura, donde expresamente se pide “evitar intervenciones innovadoras”, se obliga a usar “materiales y procedimientos tradicionales” y prohíbe, expresamente, “usar materiales que no existían cuando se construyó el monumento, salvo casos especiales y suficientemente documentados”. En lo estético, el mismo Pliego de Condiciones exige “respetar las partes básicas del monumento, su composición, textura y relación con el entorno”. Exige también “mantener el color original y la textura de las superficies”.

 Se vulnera igualmente la Carta Internacional sobre la Conservación y Restauración de Monumentos y Conjuntos Históricos, promulgada en Venecia en 1964, donde expresamente se dice que “cualquier arreglo que pudiera alterar las relaciones entre los volúmenes y los colores será desechado. Los añadidos no deben ser tolerados si no respetan el trazado tradicional, el equilibrio de la composición y la relación del monumento con su entorno”. Pide, además, “respeto para la esencia antigua” del bien.

 Por todo ello, esta Coordinadora considera que la intervención realizada es profundamente desafortunada en lo estético y en lo técnico. En lo estético porque altera la composición general de la muralla, su color, la visión de su volumetría original y su relación armónica y mimética con el entorno. En lo técnico porque daña el monumento de forma irreversible por el procedimiento constructivo y materiales utilizados.

 Por todo ello, pedimos a la Consejería de Cultura la eliminación de lo realizado y el inicio de un nuevo proyecto restaurador que contemple la reconstrucción volumétrica de las torres, si  ésta es necesaria, en tapial, siguiendo las técnicas tradicionales. Con ello, no manifestamos nuestra oposición a toda actuación hecha con materiales y técnicas  contemporáneas en edificios históricos, pero entendemos que esas intervenciones han de ser siempre casos especiales, ampliamente justificados y han de cumplir también, no obstante, toda la legislación y deontología vigentes.

 Exigimos también la depuración de responsabilidades de los implicados que, con su aprobación, han permitido la aberración que nos ocupa.

 Invitamos al Colegio de Arquitectos, IEA, grupos políticos, Universidad de Almería, UNESCO, Academias de Bellas Artes y Escuelas Superiores de Arquitectura, Instituciones públicas, Colectivos civiles por la defensa del Patrimonio y Profesionales del ámbito de la Restauración, a que expresen su postura ante la intervención realizada en la muralla de Jayrán.

                             Almería, 28 de enero de 2010.

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