© Marga Noguera
La Ciudad de Almería nace entre dos colinas que miran al mar acunadas por una bahía natural y ensenada bien adentrada en tierra que la dota de un puerto seguro y fácil de arribar. De su época medieval (ya desaparecidas las murallas de protección a partir de 1855), han llegado a nuestros días, felizmente, estos lienzos de Murallas del Cerro de San Cristóbal, que junto con el de Jairám, que atraviesa la Hoya y entronca con la Alcazaba, constituyen legalmente un Conjunto Monumental protegido y con categoría de Monumento y Bien de Interés Cultural.
A pesar de su importancia histórico-cultural, pareciera que Almería prescinde de su visión y existencia fácilmente, motivado en primer lugar por la desaparición de su silueta en el skyline de la ciudad, estando tan cercanas al centro comercial, histórico y administrativo de la urbe.
Escribía de ellas un viajero en 1878 (aún quedaban más murallas):
“Sin obstáculos que interrumpan la extensa línea de sus murallas. Corren del mar al monte, del monte al valle, del valle a la cumbre del otro cerro y del cerro a la ciudad, oprimiéndola con una larga cadena de torreones” Olivares del Valle, referenciado en APAP, de Padre Tapia, 1970.
© Marga Noguera
– En esta ruta de las MURALLAS, partiremos desde el km. cero, la Puerta de Purchena, para atravesar la calle Antonio Vico y subir hasta el mirador del Sagrado Corazón. Avanzando, contemplaremos las murallas intra y extramuros, con su belleza y abandono.
– Disfrutaremos del espectacular paisaje de la Hoya Nueva y Vieja y toda la ciudad.
– Bajaremos por calle Pósito para ver de cerca sus últimas actividades arqueológicas y mejoras viales y alumbrado.
– Pasaremos la calle Arráez para explicar la fachada e historia del Palacio de la Marquesa de Cabra (María Jover Greppi) y su azarosa vida. (explicaremos urbanismo del siglo XIX).
– Continuamos por calle Almanzor, hasta calle Descanso , y finalizamos en calle Cruces Bajas con la Mina, donde veremos de cerca la actividad arqueológica del Corte 17 de las obras de Mesón Gitano, donde apareció un tramo de muralla y torre de época tardorromana (siglo IV d.c.) de la mayor importancia para la historia de la ciudad.
© Marga Noguera
Un lugar único en el mundo, testigo de Cruzadas con varios ejércitos, caballería, soldados a pie, esclavos, tiendas de campaña, castilletes de asalto a las murallas, catapultas…Donde llegaron los reyes cristianos Alfonso VII en 1147 y Jaime II en 1309, con todas sus tropas, con la bendición de los Papas, Caballeros Templarios y toda la cristiandad.
¿ A qué? A arrebatar el gran tesoro comercial y simbólico que era la gran fortaleza Al-Mariyya, y su Alcazaba, blanca e inexpugnable. Bien protegida por almohades y almorávides, en su sabiduría aplicada a tejidos de sedas perfectas y a tanto.
Es de justicia que todo el mundo suba a comprobar su abandono, y a evitar que estas murallas se caigan definitivamente y desaparezcan. Que no nos roben NUESTRA HISTORIA los que tienen que protegerla.
Encarnación González.