“Queremos compartir este reconocimiento con todos las personas que desde hace mucho tiempo han trabajado y trabajan por defender y dar a conocer el patrimonio cultural de nuestra tierra, con gran esfuerzo… Valoramos este premio como un reconocimiento a la importancia de nuestro patrimonio, que no es sino el legado, la herencia acumulada de todas las generaciones que nos han precedido: todos los bienes materiales e inmateriales, producto de la cultura, que tenemos la obligación de transmitir a nuestros descendientes acrecentados. Y esta inmensa riqueza colectiva, que es de todos los ciudadanos, aunque sea la administración quien la tutele, constituye nuestra seña de identidad como pueblo y como toda propiedad, está protegida por las leyes: por nuestra Constitución y por las leyes estatales y autonómicas de Patrimonio Histórico.
Creemos que el atraso y marginación que durante demasiado tiempo ha padecido Almería ha hecho que nuestro rico Patrimonio provincial haya estado injustamente olvidado y menospreciado por ciudadanos e instituciones hasta fechas muy recientes y que en consecuencia fueran escasísimas las asociaciones ciudadanas en defensa del Patrimonio…
Por ello, este premio nos reafirma en la idea de que la causa que defendemos es justa. Pero sobre todo queremos que sirva para centrar la atención en nuestro patrimonio provincial, que además de un rico legado y una seña de identidad colectiva puede y debe convertirse en un importante recurso económico para un desarrollo sostenible, y esto es fundamental en los tiempos de crisis que vivimos.
Ha pasado el tiempo en que el patrimonio solo podía ser disfrutado por una minoría privilegiada. Hoy el mundo está al alcance de muchísimas personas, que recorren enormes distancias para conocer otros pueblos, de la que su imagen fundamental, su tarjeta de presentación, es su patrimonio cultural. El turismo cultural se ha convertido en una potentísima industria, un importante recurso económico de desarrollo sostenible. Y, afortunadamente, la provincia de Almería tiene un riquísimo patrimonio, que se remonta a miles de años, y que está pidiendo a gritos que se le preste la atención y la oportunidad que se merece.
Hay que exigir que los “buques insignias” de nuestro patrimonio (la Alcazaba, los Millares, el castillo de Vélez Blanco…) sean atendidos más dignamente, lo mismo que nuestros castillos, yacimientos arqueológicos, museos y monumentos. El patrimonio no puede ni debe pagar los platos rotos de la crisis, porque sería una injusticia, pero sobre todo porque sería un enorme despilfarro y una oportunidad perdida.
Nuestro patrimonio cultural necesita mucho más de lo que se recibe… Además de los “buques insignias” de nuestro patrimonio, todos nuestros pueblos tienen arquitectura tradicional, museos, iglesias, fortalezas, paisajes culturales, que constituyen su orgullo y su seña de identidad, pero que además pueden y deben convertirse en importantes recursos para un desarrollo sostenible. Cuidar el patrimonio es una obligación, pero además si invertimos en él, seguro que nos dará el ciento por uno.
Por todo ello, queremos pedir a nuestras instituciones, lo mismo que a los ciudadanos, y ciudadanos una mayor implicación, una apuesta decidida por nuestro patrimonio cultural.
Nosotros seguiremos haciéndolo PORQUE… ES NUESTRA HISTORIA”