Destruyen el acueducto de las Cumbres

A plena luz del día, en pocas horas, sin complejos, las máquinas han arrasado con una parte de nuestro patrimonio, un elemento patrimonial que debía estar protegido por Cultura y por el Ayuntamiento de Huércal, pero que por arte de birlibirloque “perdió” su protección en beneficio de los intereses de la empresa “Alvores”.

Hace 6 años la Junta de Andalucía resolvió proteger de manera colectiva 46 elementos relacionados con la Cultura del Agua de Almería. Se destacaban de este conjunto hidráulico sus enormes “valores arquitectónicos, etnográficos, sociológicos y económicos que justifican su protección”.  El acueducto de las Cumbres estaba inicialmente entre esos elementos valiosos a proteger. Sin embargo, finalmente no se incluyó debido a la aceptación de las alegaciones de la empresa propietaria de los terrenos, que ya planeaba su urbanización.  Cultura no cumplió entonces con la tarea de proteger lo que ella misma consideraba valioso y el Ayuntamiento de Huércal en todos estos años tampoco ha hecho nada en favor de este bien, pese a conocer perfectamente la suerte que aguardaba al acueducto, un bien patrimonial que el Ayuntamiento exhibe con orgullo en su propia web.

La situación del acueducto trascendió a la opinión pública cuando algunos vecinos de Huércal alertaron  a Amigos de la Alcazaba, que denunció el caso. Fue a partir de entonces cuando se produjo un diálogo con el alcalde y la propia empresa. Amigos de la Alcazaba defendimos que la coexistencia del acueducto y la urbanización era posible, deseable y positiva para los vecinos y la propia urbanización. La empresa, por el contrario, jamás tuvo entre sus proyectos conservar el acueducto.

Ayuntamiento y empresa han ido de la mano en justificar la eliminación del acueducto, con argumentos que considerados inconsistentes. Decían que podía “eliminarse” el acueducto porque no  estaba protegido legalmente, como si de esta manera se eliminaran los valores patrimoniales, y por otra parte como si en  la desprotección legal no hubieran jugado ningún papel, por acción y/u omisión. A pesar de todo, en una declaración de “amor  patrimonial” de la empresa, prometieron “rescatar”, con sus propios recursos, hasta cinco arcos del acueducto que iban a destruir. La empresa ponía el dinero y el Ayuntamiento se llevaba la gloria, como dejó claro al declarar a la prensa a bombo y platillo”. “El Ayuntamiento salva parte del Acueducto de las Cumbres”.

Quizás aburridos de su propia retórica,  hoy, a plena luz, pese a que tenían por delante 50.000 metros de parcela, las obras de la Urbanización el Alba (ya ni se llamará Las Cumbres) han comenzando…y lo han hecho destruyendo el acueducto. No han esperado ni la respuesta a las alegaciones presentadas ante el Ayuntamiento de Huércal (veremos con qué consecuencias legales).. Al final la “declaración de amor” ha consistido en destruir completamente el acueducto. No han dejado ni los cinco arcos prometidos, ni tres ni uno. Han destruido todo el acueducto, el mismo que figura en la web del Ayuntamiento como uno de los iconos de su patrimonio.

Hoy el patrimonio almeriense es más pobre. Pero esta historia no puede acabar aquí.  De ninguna de las maneras una sociedad culta y democrática puede permitir que esta destrucción del patrimonio común no tenga las debidas consecuencias. Esperamos que cada uno cumpla con sus responsabilidades, como hará nuestra asociación en defensa del patrimonio almeriense.

 

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