EL CENTRO UNESCO DE ANDALUCÍA SE PRONUNCIA EN CONTRA DE LA RESTAURACIÓN DE LA MURALLA DE LA HOYA

El CENTRO UNESCO DE ANDALUCÍA ha dado a conocer públicamente un informe sobre la restauración de la Muralla de la Hoya. En dicho informe, que reproducimos, se valora la importancia histórica de nuestra muralla y su relación con la Alcazaba y el entorno, cuestiona técnicamente la restauración así como su legalidad y solicita, por ello, que se elimine el acero corten de sus torres y se haga una restauración que recupere «los valores estéticos y patrimoniales que tenía la muralla del Barranco de la Hoya antes de la reintegración de volúmenes realizada con acero corte»

INFORME DEL CENTRO UNESCO DE ANDALUCIA

 

«La Muralla del barranco de la Hoya, que protegía el antiguo arrabal almeriense de al-Musallà, ha sido objeto de una reciente intervención de restauración, promovida por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía con la cofinanciación del Estado. Esta muralla fue construida con la técnica denominada tapial, que fue la más utilizada en las fortificaciones urbanas andalusíes a partir del siglo XI. Presenta la habitual coloración ocre claro, producida por la mezcla de sus componentes (piedras, grava, arena, tierra arcillosa y cal, mezclados con agua) y por la pátina que el tiempo ha producido en su superficie externa.

 La Alcazaba y Murallas del Cerro de San Cristóbal fueron declaradas Monumento histórico-artístico en el año 1931 (Decreto de 03/06/1931). Muchos años después, por el Decreto 83/2004, de 24 de febrero (BOJA 16/03/2004) de la Junta de Andalucía, se delimitó el entorno del Bien de Interés Cultural integrado por dichos elementos de arquitectura defensiva, en el que se incluye el tramo de la Muralla del barranco de la Hoya. Se trata de un sector privilegiado, porque no ha sido afectado por el desarrollo urbano de la ciudad actual y mantiene un estado de conservación muy aceptable para su gran antigüedad.

 Durante los últimos cincuenta años estas murallas y torres han sido objeto de varias restauraciones, que han consolidado y completado las zonas deterioradas o desaparecidas. Dichas intervenciones se realizaron de acuerdo con la legislación vigente (la Ley del Patrimonio Artístico Nacional, de 1933, y posteriormente, la Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español). En ellas se emplearon básicamente dos técnicas para reintegrar los volúmenes perdidos: el hormigón con encofrados de madera y argamasa coloreada en ocre y la fábrica de ladrillo tradicional. En ambos casos la textura y la coloración obtenida se asemejaban mucho a la de las murallas originales, de modo que desde el principio se producía una armonía entre lo nuevo y lo viejo. Esta coherencia iba aumentando con la pátina que aportaba el paso de los años, de modo que al cabo de unas décadas sólo desde una visión cercana se distinguen tales intervenciones. Dichas obras fueron planteadas y proyectadas, respectivamente, por administradores y técnicos que no deseaban dejar su impronta en el monumento, sino contribuir discretamente a prolongar sus numerosos siglos de existencia.

 La reciente intervención también ha seguido criterios similares al consolidar algunos de los paños de murallas deteriorados, sin embargo, en algunas torres ha introducido criterios y materiales novedosos y discordantes. Se ha utilizado un material como el acero corten para completar las caras intramuros de dos de sus torres, así como las terrazas de tres de ellas, y para la construcción de una pasarela sobre la antigua puerta existente en el fondo del barranco, denominada Bab Musa. Este material presenta una textura lisa y un color marrón oscuro que supone un tremendo contraste con el resto de la muralla, tanto en la visión frontal de las torres como en la vista de sus terrazas superiores desde el cerro de San Cristóbal y la Alcazaba. Por otra parte, en un ambiente próximo al mar, y a la intemperie, el acero corten tiene la desventaja de que producirá manchas de oxidación sobre las fábricas antiguas de tapias situadas debajo. Este material que ha servido para crear grandes obras de escultura contemporánea está siendo utilizado con brillantez también en obras de arquitectura actual, pero es totalmente inadecuado cuando se utiliza en restauraciones de monumentos construidos con materiales porosos como las tapias andalusíes.

 El Art. 20.3 de la Ley 14/2007 del Patrimonio Histórico de Andalucía (BOJA 19/12/2007) prescribe que “los materiales empleados en la conservación, restauración y rehabilitación deberán ser compatibles con los del bien” y también que “los métodos constructivos y los materiales a utilizar deberán ser compatibles con la tradición constructiva del bien”. Es evidente que el acero corten incumple ambos preceptos, pues sus propiedades físicas (capilaridad, conductividad térmica, dureza, elasticidad, porosidad, resistencia mecánica, resistencia a la oxidación, etc.) son completamente diferentes a las de las tapias andalusíes. En cuanto a las propiedades visuales, el color del acero corten tiene un matiz, un brillo y una intensidad que contrasta muchísimo con las murallas, concentra la atención en las nuevas partes reconstruidas, quita protagonismo a lo que realmente tiene valor histórico y altera la armonía del conjunto. En este sentido, la Carta italiana del Restauro 1987, en su Art. 7.a, indica que no es aconsejable excederse en la señalización de las adiciones y reintegraciones “a fin de no alterar la armonía del contexto” y sugiere el empleo de un material “cromáticamente acorde con el existente”.

 El Centro UNESCO de Andalucía considera que los añadidos de acero corten a la Muralla del Barranco de la Hoya constituyen una desafortunada actuación que permite la experimentación injustificada y la voluntad de creatividad artística contemporánea frente a la poética del lugar, a los valores de las técnicas constructivas tradicionales y a la imagen consolidada del monumento. Esta intervención es aún más grave cuando que se hace sobre un BIC de propiedad pública, con promoción y financiación también públicas, por lo que podría ser interpretada como un ejemplo a seguir en futuras intervenciones.

 Al Centro UNESCO de Andalucía le preocupa el criterio aplicado por la Delegación provincial de Almería de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en ésta y otras obras en monumentos de la provincia, como el mausoleo romano de Abla y el castillo inferior de Bacares. En nuestra opinión se debería de aplicar el criterio de reversibilidad, para volver a recuperar los valores estéticos y patrimoniales que tenía la muralla del Barranco de la Hoya antes de la reintegración de volúmenes realizada con acero corten.

 Granada a 10 de marzo de 2011

Miguel J. Carrascosa Salas. Presidente del Centro UNESCO de Andalucía

De esta manera el CENTRO UNESCO DE ANDALUCÍA se suma a los múltiples pronunciamientos de instituciones académicas, culturales y sociales, así como de colectivos ciudadanos y vecinales, además de grupos políticos, que no han sido capaces hasta el momento de variar la actitud de nuestra Consejería de Cultura, completamente sorda ante la opinión de los ciudadanos.

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