«MONUMENTOS Y DISPARATES. RESTAURAR EL VIENTO», por Antonio Gil Albarracín

Molino del Pozo de los Frailes (Níjar) con velas al viento

«Los bienes de valor etnográfico carecieron de reconocimiento por la legislación española, hasta que fueron incorporados a la misma en 1985 por la Ley del Patrimonio Histórico Español y por la legislación andaluza en 1991 y 2007. A partir de entonces cortijos, aljibes, molinos y molinas, norias de sangre, palomares y otros tuvieron un marco legal que les pudiera brindar reconocimiento y protección. El daño causado en Almería a dicho tipo de patrimonio es inmenso, pero aún había hace más de tres décadas elementos notables que se podían proteger, salvar o recuperar; la labor desarrollada desde entonces ha sido insuficiente y en parte errónea.

Entre los cortijos y casas de campo que habrían merecido la protección establecida por la ley veamos lo ocurrido con el cortijo el Fraile, en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, ligado a Bodas de sangre de Federico García Lorca, cuyo deterioro podría haber sido evitado si la administración competente hubiera ejercido el derecho de retracto que por ley le correspondía cuando fue adquirido por la actual propiedad. El proceso de ruina casi irreversible ha sido paralelo a la incoación de su expediente como B.I.C. Las obras realizadas para su consolidación difícilmente paliarán el daño causado al inmueble.

En el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar una resolución de 23-1-2001 de la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía inscribió con carácter genérico 145 aljibes, pozos, norias, molinas y molinos de viento e hidráulicos. Se acometió la restauración de 16 aljibes, pero fue eliminada la decoración que la historia había dejado en los mismos y en la mayor parte de los casos no se ha restaurado su cuenca de alimentación, y de media docena de norias, cuya recuperación ignoró las pautas a las que se atuvo la restauración de la noria del Pozo de los Frailes.

Arte del molino de Las Negras (Nïjar), imposibilitado de funcionar por invasión de su ruedo

Los molinos de viento están documentados en Almería al menos desde el siglo XVIII, aunque la mayor parte de los mismos se erigió a partir del XIX. Llegó a haber medio centenar de molinos de viento en la provincia de Almería, de ellos 31 en los Campos de Níjar. La Junta de Andalucía proyectó la restauración de ocho unidades, finalmente lo fueron los cinco siguientes: molinos del Collado, del Pozo de los Frailes, de Las Negras y de Fernán Pérez, en Níjar, y el del barrio de los Cocones, en Carboneras.

De propiedad privada o pública, según los casos, la restauración fue siempre a costa de caudales públicos. El presupuesto del molino del barrio del Cocón de Carboneras ascendería a 192.258,58 euros y el de Fernán Pérez a 113.292,76 euros, según figuraba en cartel existente en la obra. Si la primera de dichas cifras es la misma de las tres restantes restauraciones integrales y no se hubieran producido incrementos de dicha cantidad durante la ejecución de las obras, el coste total de la restauración de los cinco molinos sobre los que se ha actuado ascendería a 882.327,08 euros, cantidad que se multiplicaría varias veces al sumar las partidas destinadas a la restauración de aljibes y norias.

Desgraciadamente las cantidades invertidas en la restauración de molinos llevan camino de ser una inversión perdida, pues por dejadez o por ignorancia, o por ambas, en el molino de Las Negras la invasión permanente de su ruedo por un establecimiento inmediato lo inutiliza para el desarrollo de su función y en casi todos los enumerados no se ha previsto ni uso ni mantenimiento básico que asegure la estanqueidad de sus chapiteles e impida las goteras que los arruinen».

Antonio Gil Albarracín

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